El Proyecto Tierra de Reencuentro de la Fundación Baleària favorece la continuidad del hermanamiento cultural entre la Vall de Gallinera y Puigpunyent.
El noviembre de 2019 se pusieron en marcha las primeras acciones, por parte del Ayuntamiento de la Vall de Gallinera, para llevar a cabo el hermanamiento entre este municipio de la Marina Alta y Puigpunyent, municipio mallorquín. Hasta el siglo XVII, la Vall de Gallinera era tierra de moriscos y moriscas, estaba formada por 13 aldeas repartidas a lo largo del territorio: Beniamoamet y Benimoamit, Benimarsoch, Benialil y Rafalet, Benissivà, Benitaia, Benistrop, la Solana, Alpatró, la Carroja, Llombai y Benissili; dividida por dos señoríos, la Baronía de Gallinera, Borja, que alcanzaba la mayoría del Valle y el señorío de los Català de Valleriola, que contendía el lugar de Benissili ligado a la Baronía de Alcalà, otro valle morisco vecino.
A partir de la expulsión de la población morisca de 1609, la necesidad que tenían los señores de poner en marcha la producción agraria, sobre la cual recaían numerosos censales (préstamos) espoleó el duque de Gandia, que contactó con el virrey de Mallorca porque le enviara familias mallorquinas para colonizar, “repoblar”, lo sientas antiguos señoríos de moriscos. El virrey o lugarteniente del reino de Mallorca en tiempo de la expulsión de los moriscos, era un señor valenciano, Joan de Vilaragut, barón de Olocau, que debió de ser uno de los principales organizadores del proceso migratorio, con la colaboración decidida de los señores valencianos, los primeros interesados a poblar nuevamente sus tierras cargadas de censos.
Ya en 1610 llegan gentes atraídas por la “hambre de tierra”, desembarcaban en Dénia y hacían camino cabe el interior montañoso de las Marines (Tàrbena, Laguar, Ebo, Gallinera, etc.). La Vall de Gallinera se convirtió en el camino natural de penetración de esta gente, buscando las mejores condiciones para asentarse, por eso este río continuado de campesinos mallorquines que llegaban a nuestras tierras y después se esparcían por los diferentes valles vecinos (Alcalà, Lorcha, Salem) hasta llegar al Condado, la Vall d’Albaida o la Safor, y, incluso, en el Camp de Túria. Así, este camino empieza a ser conocido como el “Camino de los Mallorquines”, hasta hoy, mantenido en el imaginario colectivo como el camino que emprendían los y las mallorquinas para iniciar una nueva vida en el interior valenciano despoblado de moriscos.
La aportación de la gente venida de las Baleares a comienzos del siglo XVII fue el factor primordial de la regeneración de estos territorios de las Comarcas Centrales Valencianas. Ya a finales del setecientos el botánico Joan Antoni Cavanilles menciona que en la Vall de Gallinera se asentaron 140 familias de origen mallorquín, de hecho, en las cartas de Ebo y Gallinera así se menciona (“omnes ex insula baleari oriundas te naturales”).
La primera acción de todas fue la firma del convenio de colaboración entre el consistorio municipal de Vall de Gallinera y la Fundación Baleària, con motivo del Proyecto Tierra de Reencuentro. Este es un proyecto cultural y patrimonial que lleva adelante dicha Fundación y que tiene como objetivo enlazar municipios de la Marina Alta y de las Baleares con un pasado histórico común.
El octubre de 2022 tuvo lugar el acto oficial de hermanamiento entre Vall de Gallinera y Puigpunyent adentro de la programación de las III Jornadas de la Repoblación Mallorquina en el sur valenciano, aprovechando la ocasión del 412.º cumpleaños de la llegada de las primeras familias mallorquinas en Vall de Gallinera (octubre de 1610), concretamente a Benissili, cuando era territorio de la Baronía de Alcalà, señorío de los Català de Valeriola.
Posteriormente, y ya a marzo de 2023, tuvo lugar el acto de hermanamiento en la Plaza Mayor de Puigpunyent, acción qué dio el pistoletazo de salida a los intercambios culturales entre estos dos municipios del Mediterráneo, y siempre contando con la participación directa de la Fundación Baleària.
La primera de las acciones culturales entre ambos municipios fue la visita escolar del alumnado de la Escuela Joanot Martorell de Vall de Gallinera en el centro educativo escolar de Puig de La Fátima de Puigpunyent. Los niños y niñas de este municipio de la Marina Alta disfrutaron, en marzo del presente año, de una estancia a tierras mallorquinas, donde pudieran conocer de primera mano qué son sus orígenes alrededor de la repoblación de 1611.
Los intercambios culturales entre estos dos municipios separados por la mediterránea continuaron con la participación de la Escuela de Baile Tradicional Mallorquín de Galilea a la XXI Fiesta de la Cereza, a junio de 2024, a Benialí.
En octubre pasado Vall de Gallinera recibió la especial visita del alumnado de la escuela de Puig de La Fátima de Puigpunyent, un intercambio cargado de emociones que permitió establecer lazos más fuertes entre estos dos municipios hermanados.
El pasado fin de semana tuvo lugar el primer intercambio, previsto para el 2025, entre estos dos municipios. Completándose con la visita de la Batucada Benibatuka de la Vall de Gallinera a tierras mallorquinas, participando adentro de los actos de la presentación de la Feria de Puigpunyent de 2025.
La batucada de Vall de Gallinera ha colaborado estrechamente con “la Asociación Cultura Popular de Puigpunyent y Galilea” y “la Escuela de música de Puigpunyent” y el grupo “Voces del otoño” participando en la actuación de “La Leyenda del Bou de Oro y la Fátima”, historia local de Puigpunyent.
Queda pendiente para octubre la actuación del Grupo de Demonios y la Asociación Cultural Popular de Puigpunyent adentro de los actos de la alineación solar de Vall de Gallinera.
Estos dos consistorios municipales, conjuntamente con la Fundación Baleària, consideran que con estas acciones se consigue hacer valer el patrimonio histórico común entre las islas y la Marina Alta, además de fomentar el desarrollo comunitario de ambos lugares separados por las aguas mediterráneas, pero a la vez tan próximos socioculturalmente hablando.