• Una tasa general que tendrá un incremento de 18 euros anuales respecto a 2024 y una parte variable para quienes generen más residuos de fracción resto, que deberá reducirse de manera considerable.
• Un servicio mucho más respetuoso con el medio ambiente y con la autonomía personal del vecindario, que podrá dejar los residuos en la puerta de casa, “como se ha hecho toda la vida”.
Ante la situación creada con la entrada en vigor de la Ley de Residuos y Contaminación de Suelos, lo que ya se conoce como el “basurazo” —que, a nivel general, supondrá un incremento de la tasa de recogida de residuos y que está generando un intenso debate en todos los ayuntamientos del Estado—, el Ayuntamiento de la Vall de Gallinera lleva desde mediados de 2023 estudiando y analizando diversas alternativas y modelos ya aplicados en otros lugares para minimizar este incremento y, además, que respondan claramente al principio de “quien contamina paga”. El equipo de gobierno considera que “resulta un poco extraño ver los pseudo-dramas que se están creando en algunos lugares, cuando realmente todos sabíamos desde 2022 lo que iba a pasar el próximo año, y lo que había que hacer era preparar el camino”.
En este sentido, el Ayuntamiento de la Vall de Gallinera ha estudiado diversos modelos de los llamados “tasa justa”, como los de Esporles o Puigpunyent en Baleares; el modelo de Argentona o Canet de Mar en Cataluña; o modelos más cercanos como los de Orba, Pedreguer y también l’Atzúbia, en este último caso respecto al avanzado sistema de recogida y tratamiento de la fracción resto.
De este análisis se ha diseñado un modelo de gestión y de pago que responde a dos criterios fundamentales. En primer lugar, la reducción de la fracción resto, que es la fracción que supone los mayores costes de transporte a vertederos y de tratamiento, y además es la que más contamina, lo que implicará una evidente reducción del gasto; y, en segundo lugar, el establecimiento de una tasa variable que haga que quienes generen más residuos contaminantes —fracción resto— paguen más, mientras que quienes hagan una buena gestión mantendrán una tasa muy similar a la de 2024.
Desde la administración local, además, se ha previsto excluir de la fracción resto los pañales, compresas, tampones y otros materiales sanitarios relacionados con el cuidado de personas mayores, bebés y uso sanitario. Con el fin de ayudar a las familias, estos residuos, que forman parte de la fracción resto o rechazo, se podrán depositar frente a casa sin estar sujetos al gravamen de la tasa variable, ya que “nadie genera estos residuos de forma voluntaria y, por lo tanto, no sería justo”.
Así, para desarrollar el primer eje, se implantará la recogida puerta a puerta de las fracciones orgánica y resto, además del compostaje de la fracción orgánica directamente en el municipio. “Con una buena recogida, separación y tratamiento de lo orgánico, y un control sobre el volumen y la calidad de separación de la fracción resto, se tenderá a reducir esta última, que es la que supone los mayores costes para el servicio, y, por tanto, a reducir el coste total para las vecinas y vecinos. Además, al prestarse esta parte del servicio de manera directa por parte del Ayuntamiento, esto también generará algunas expectativas de empleo dentro del municipio”, comentaron fuentes municipales. Para preparar este eje, la Vall de Gallinera solicitó una subvención de fondos Next Generation a mediados de 2023, y esta ha sido concedida, con un importe de 97.472,86 €, lo que está permitiendo reducir notablemente los costes de implantación del servicio de recogida y de compostaje de la fracción orgánica.
Este sistema de recogida puerta a puerta garantiza, además, la autonomía personal de una parte de la población, para quienes tirar la basura en un contenedor supone un gran esfuerzo. En las últimas semanas se han realizado visitas a todas las localidades para conocer el estado de los puntos de contenedores y se han intercambiado opiniones con las vecinas y vecinos. Estas visitas han permitido ir definiendo los detalles del servicio. Durante estas visitas, una vecina comentaba que “con la edad, cada vez me cuesta más abrir los contenedores” y reflexionaba: “qué duro es no poder ser autónoma”. Con el puerta a puerta “también se favorece que muchas personas puedan ser autosuficientes y no depender de nadie para tirar la basura”, volviendo a un modelo más consciente con lo que generamos, como siempre se ha hecho.
Por otro lado, respecto a la tasa justa, se implantará una nueva modalidad de tasa para las viviendas de los núcleos urbanos, en la que habrá una parte fija, que cubrirá los costes de recogida, de 98,87 €, lo que apenas supone un incremento de 18 euros anuales respecto a 2024, y, por otro lado, se fijará una tasa variable de 10 céntimos por cada kilogramo de fracción resto que se genere. De esta forma, “aquellas familias que hagan una buena separación tendrán un sobrecoste muy bajo, y, en cambio, el mayor coste recaerá sobre quienes más generen residuos contaminantes, siguiendo el espíritu de la Ley”, explicó el alcalde. Esta parte variable se pagará de forma automática al adquirir las bolsas estandarizadas que se utilizarán para la recogida puerta a puerta de la fracción resto. Con estas dos medidas, el Ayuntamiento prevé reducir en un mínimo de 70 toneladas la producción de fracción resto en el municipio.
El modelo de Puigpunyent
En este trabajo de diseño ha sido determinante el hermanamiento de la Vall de Gallinera con el municipio balear, ya que el Ayuntamiento de Puigpunyent, junto con otros de la isla de Mallorca, lleva varios años gestionando los servicios de recogida de residuos con los principios de reducción, gestión directa y tasa justa.
Así, en el intercambio de escolares que se realizó en mayo, algunos miembros del equipo de gobierno de la Vall de Gallinera aprovecharon para visitar las instalaciones de recogida de residuos de Puigpunyent e interesarse por el modelo y los mecanismos de gestión. Y ahora, con el regreso del intercambio que tuvo lugar este mes de octubre en la Vall, se celebró una reunión de trabajo con el alcalde de Puigpunyent y la concejala responsable del servicio, para afinar conceptos y resolver dudas y cuestiones. Esto ha facilitado notablemente las actuaciones al partir de una base de experiencias reales previas, de primera mano. Además, se completaron las reuniones de trabajo con una visita a la zona de compostaje instalada en Benialí, que permitirá que la fracción resto se gestione de manera directa en la Vall de Gallinera, reduciendo el coste económico y, sobre todo, medioambiental. Esto también se traducirá en una valorización de los residuos orgánicos, que se transformarán en compost de alta eficiencia para usar en jardines, huertos o por parte del propio vecindario.